lunes, 14 de abril de 2008

la décimo tercera

La sombra de mi mano sobre tu rostro, tus ojos por encima de la oscuridad el calor de tu respiración en mi palma y el latir de tu corazón sobre mi pecho, la noche gris en tu silueta y las sábanas que nos acorazan al compás de la lluvia afuera, quiero un momento eterno, algo para no olvidarte, aunque sea un suspiro perpetuo, quiero un segundo de reloj detenido en un recuerdo.

La Décimo segunda

Noé caminaba por el universo y brincaba sobre los planetas, giraba y giraba sobre los soles, corría de cabeza sobre las constelaciones.

Noé es un niño hecho de polvo de estrellas, de sueños de viajes interestelares, de márgenes, de recuerdos de infancia, de energía de vía láctea, se viste de nubes de gas y calza asteroides.

Noé salió a pasear hace algunos días y no ha regresado, a dónde ha ido? lo necesitamos.

Noé no se ha vuelto ver pero habemos quienes lo recordamos y sabemos que un día el volverá por sus juguetes olvidados.